viernes, diciembre 10, 2004

"Who will buy my sweet red roses?" vs. "Pesadilla en Mercado Street"

Desde pequeña cuando pienso en un mercado me vienen a la cabeza imagenes tiernas y románticas, como la vendedora de rosas de la gran película musical "Oliver!". Sí, aquella señora con la voz tan dulce vendiendo rosas rojas mientras cantaba "Who will buy my sweet red roses?" lallalalallaa. (Para los que no habeis visto esta película basada en el libro "Oliver Twist" de Dickens, la recomiendo, de hecho es de mis preferidas desde siempre, ains). Pues eso, hoy resulta que en la ciudad donde a veces voy por motivos profesionales (o sea el curro), tocaba mercado semanal. Al haber conseguido aparcar a la primera, un milagro los jueves, me puse tan contenta que empecé a cantar la canción de la película mientras me iba acercando a mi destino. Resulta que la empresa está en medio del bonito mercado y me parecía tan romántico que mientras me iba mojando bajo la lluvia y cantando, se me veía una sonrisa (de loca perdida?) en la cara. Supongo que debía ir un poco alejada de la realidad porque de repente veo unas espantosas botas de "cuero plástico" y unos tejanos con cinturón de elástico que sacarían a cualquiera del estado de alegría temporal. Una vez desespiritualizada, me doy cuenta de que hay tanta gente que más que un mercado parece el primer día de las rebajas de Harrods! Qué horror, por favor. Mientras voy esquivando a la gente, veo de lejos la puerta de entrada de mi destino! ¿Llegaré? Buffffffff, venga, un último esfuerzo ... casi, casi .... síiiiiiiiiiiii o ¿no? Justo en la puerta veo a una multidumbre luchando por las últimas bragas de cuello alto pero tengo que entrar, de hecho es mi deber, así que me armo de valor y diciendo, como buena guiri que soy, "perdon, perdon, sorry, sorry", intento meterme por la puerta! De repente me coge una señora de éstas que dan miedo, y me dice "OIGA, SEÑORITA. A LA COLA" y empiezan todas ... "PERO QUE MORRO!" "COÑO, SE NOS ESTA COLANDO UNA" "QUE SE ESPERE, COJONES" y un largo etcetera. Les contesto, educadamente por supuesto, "Gracias por lo de señorita, pero es que por mucho que me muera de ganas por comprarme unas bragas así dudo que tengan de mi talla y sólo quiero ir a trabajar, así que apártense ustedes, gracias". Si es que ....



Total por unas bragas que seguramente están más baratas en el Carrefú, lalalaalallalaaa.