martes, marzo 01, 2005

Postman Pat and his black and white cat ...

Tengo un amigo cuya ilusión en la vida era ser cartero. Nunca llegué a entenderlo del todo porque para mí el trabajo de cartero no es que me sedujera mucho ...

1) Madrugar tanto me parecía insano.
2) Ir a todas partes en bicicleta (vale, soy de pueblo!) demasiado esfuerzo.
3) Enfrentarte a perros rabiosos, como mínimo, arriesgado.
4) Pasar horas y horas buscando la dirección en clave escrita por la "simpática" de turno, una broma pesada (sí, de pequeña hacía eso - enviaba cartas a amigas poniendo en el sobre el pueblo, el primer nombre y luego cosas como ... la casa roja en la esquina al lado de una cabina telefónica .... buffff ... y normalmente llegaban).

Él en cambio se veía como un hippy feliz ejerciendo el papel de cartero al estilo Postman Pat (un cartero de dibujos animados que va en furgoneta, nunca tiene frío, pasa horas charlando con los amables vecinos y el único animal salvaje que se le acerca es su querido gato, Jess).




La vida te da sorpresas. Ahora él tiene un alto cargo en una multinacional y a mí me gustaría ser cartera!

Mi interés por este trabajo empezó con mis primeras visitas a la Oficina Central de Correos en Barcelona hace ya unos cuantos años. Yo me ponía histérica perdida cada vez que iba pero ellos siempre estaban muy tranquilos, si es que estaban, claro. A lo mejor me enviaban a cuatro ventanillas diferentes, con su cola correspondiente, para hacer un solo envío pero ellos no se estresaban, ah nooooo, eso no. Una vez acabé tan harta del sistema y de su actitud que como buena guiri que soy, fuí a pedir el libro de reclamaciones - creo que todavía se oyen las carcajadas a día de hoy. Pues a mí no me hizo gracia, hosties.

Pero ser uno de ellos, pues todo sería diferente no?

Hoy me he acabado de convencer. Es un chollo. QUIERO SER CARTERA, además de mi pueblo.

No madrugan. La "oficina de correos" abre un par de horas por la mañana y luego empiezan a repartir el correo, si tienen ganas, claro, y os aseguro que en bicicleta no van. Ante el temor a perros rabiosos (y eso que no tengo perro ahora y mucho menos rabioso) ahora les ha dado por simplemente tirar el correo por la verja de mi casa porque llegar hasta el buzón cansa un poquito, oiga. Hace semanas que lo hacen pero hoy al llegar a casa con el viento que ha hecho, no solamente he tenido que ir recogiendo mi ropa por el jardín (a ver si otro día, uso más pinzas, ejem) si no también las cartas de amor (del banco y "queridos" varios) - no te jode.

Por cierto, necesito urgentemente hombre con manguera larga!

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Se me está acabando el gasoil ....