En garde!

En el instituto por algún motivo desconocido me apunté a esgrima. Desde entonces nunca he conocido a nadie más que haya practicado este deporte y me sigo preguntando porqué lo quise hacer yo. Hay varias posibilidades:

1) El uniforme de esgrima consistía en una chaqueta blanca con unos bols de plástico para proteger el pecho, inexistente en mi caso por aquel entonces. El resultado era que aunque no tuvieras nada, de repente parecía que sí y eso con 11 años mola! O eso o su gran parecido a una camisa de fuerza, que ya se sabe ...

2) Puede que la culpa fuera de una abeja de mi tío abuelo que el verano anterior se había enredado en mi pelo con el ataque de histeria correspondiente. Con el "casco" de esgrima parecería a una auténtica cazadora de abejas y se acabaría mi trauma.

3) A lo mejor aquella película que comenté hace poco me había influido más de lo que me imaginaba. Big a lo Darth Vader ... no sé yo.

Existen más posibilidades pero creo que la más probable es ésta:

Como en muchos institutos, era importante marcar las diferencias entre los "deportistas" y los que no. Si tú estabas en algún equipo tenías el honor de ir con sudadera roja pero si eras un poco pardilla y no te querían en ningún lado te tenías que conformar con una de color azúl.

Yo hubiera sido del segundo grupo porque siempre he sido un poco torpe en temas deportivos pero al estar apuntada a esgrima todo cambió. No es que fuera buena, la verdad es que era bastante mala por no decir malísima, pero si haces un deporte raro donde solo se apuntan cuatro gatos entras automáticamente en el equipo porque no les queda más remedio.

Así que no solo me dieron sudadera roja a lucir si no que además ya no quedaba de las últimas cuando elegían compis en clase de educación física - las últimas, como bien es sabido, eran las de la sudadera azúl.

Es curiosa esa importancia que se da a los deportes y esa manía, para mí cruel, de diferenciar tanto entre los "buenos" y los "malos". ¿Los que sacaban mejores notas en matemáticas iban con bolígrafo dorado? ¿Los que tocaban el violín de aquella manera tan preciosa iban con gorro blanco?

Pues no, debe ser cuestión de deporte.