jueves, diciembre 16, 2004

MURDER, SHE WROTE

No suelo mirar mucho la televisión. Normalmente culpo a la telebasura y el no encontrar algo que me emocione lo suficiente, pero otra gran culpable es la publicidad! No es que sean los anuncios en sí, si no la eternidad que duran a veces. Pueden llegar a los 15 o hasta 20 minutos y se quedan tan anchos.

Estás viendo una película que ya empieza tarde para mi gusto y de repente empieza la publicidad. Vale, puedes aprovechar este "ratito de nada" para hacerte un té, ir a mear, hacer alguna llamada telefónica y hasta ducharte pero a veces simplemente para no levantarte caes en la trampa de hacer zapping. Mala idea! Haces zapping y empiezas a mirar otra película y entonces también empiezan los anuncios en este canal así que vuelves a hacer zapping y al final tanto darle al mando, ni te acuerdas en qué canal estaban poniendo la primera película o si a lo mejor prefieres la que ponían en el otro canal. Cuando por fin vuelves a encontrar el canal (a lo mejor hace rato que empezó), aquella película que en principio parecía muy intrigante ahora te deja un poco fría por no decir indiferente. Justo cuando empiezas a cogerle el gustillo de nuevo, van y ponen anuncios otra vez. Ahora como realmente te interesa saber quién fue el asesino, decides tragarte los anuncios para no liarlo. Pero claro, ponen las películas tan tarde que ya son pasadas las doce, mañana curras y ... pasa lo que tiene que pasar, te quedas frita en plena publicidad.

Al día siguiente al comentar con el amigo de turno la pelicula de anoche, te confiesa que se quedó dormido y si le puedes decir quien fue el asesino a lo que tú contestas, realmente creyendo que fue así:

Claro, fue Mr. Proper!



(Don Limpio para los guiris, jeje)