martes, julio 19, 2005

A vivir que son dos días ...

Esa es la bonita frase que se leía en el telón de fondo mientras yo demostraba al público de la obra "Sobre la mort" mis grandes dotes de bailarina go-go.

Si uno va al teatro a ver una obra protagonizada por niños que no saben bailar mucho donde reina la ironía con sus momentos brillantes de contraste entre los "dulces niños" y la muerte de forma violenta, lo que menos se espera es que luego te saquen a tí al escenario. Pero claro, ha llegado un momento en mi vida en que ahora sé que si va a pasar a alguien, me tiene que pasar a mí. También he aprendido por experiencia que quedas mucho menos ridícula subiendo al escenario a bailar como una loca que negándote a subir ya de entrada. Así que lo hice.

Me quedaron algunas dudas después de mis "15 minutos de fama" pero supongo que en algún momento de espiritualidad llegaré a encontrar las respuestas: ¿Porqué siempre me sacan a mí? ¿Tengo cara de gilipollas o qué? ¿Porqué disfruté tanto encima del escenario? ¿Soy demasiada vieja ya para presentarme a OT?

Yo, mientras, seguiré practicando el baile al lado de la piscina para mi próxima visita al teatro la semana que viene así si me vuelven a sacar al escenario podré dejar a todos impresionados con mi estilo y glamour al canto de "Tengo la camisa negra, hoy mi amor está de luto. Hoy tengo el alma una pena y es por culpa de tu embrujo" lalalalalalalalala