lunes, marzo 13, 2006

Tren de cercanías ....

Hay algo divertido en coger el tren a la hora del bacalao un sábado por la tarde. Ellos, los niños que ya se hacen grandes, van al pueblo de al lado y los más atrevidos hasta Barcelona y se revolucionan. Me topé con la semi-vecina al salir, que llevaba a su hija de 16 años a véte a saber donde. Me imaginaba que sería a jugar a parchis o algo similar y no dí más importancia. Sin embargo, cuando estaba yo haciendo mi Sudoku tranquilamente en el anden mientras esperaba el tren, la ví. No es que la viera, exactamente. Más bien, la oí. Un escándolo, Dios mío. Y encima, había cambiado de ropa y en lugar de parecerse a una niña de 14 años que es lo que había pensado al verla media hora antes, ahora se parecía a una señorita (por llamarla de alguna manera) de unos 20 y pico, camino a los 40.

Y por favor, cómo pueden estar de moda las botas blancas con tacón? Ay ay ay. Qué disgusto, por favor. Y si tienen barriga qué hacen con esta ropa tan estrecha y enseñando tanta pancha? Ay qué de zufrí.

Pero la saludé amablemente, ella se sonrojó pero sabe que como no hablo demasiado con los vecinos, su secreto está a salvo conmigo y me subí al tren.

Después de unas paradas se sienta a mi lado un niño, bueno señorito o algo, que no me fijé demasiado en él porque voy por el nivel "difícil" del Sudoku y tenía que relajarme antes de una noche frenética ... pero luego se encontró con un amigo. Y me despistaron, oiga.

Donde vas chaval?

Pues a ver a la parienta, chaval.

Y pensé yo, ay qué bonito, va a ver a la abuela.

Y se pusieron a hablar de las últimas hostias que habían pegado y de cuantos sitios les habían echado últimamente y yo solo hacía como si me mirara el Sudoku. Pero de repente suena el teléfono.


"Es la parienta".

Hola cariño. Sí, cariño. Vale mi amor. Prometo no llegar tarde. Vamos a pasear? Ay, yo también ... pero yo más.

O sea, la parienta no es la abuela, está claro.

Y al bajar el elemento en cuestión y ver que en lugar de piernas tenía palillos, pensé .... Siguen siendo unos bocazas los niños.

Y si no llega a ser por lo traumatizada que me quedé de la conversación de las hostias, hasta me hubiera puesto tierna :P