sábado, junio 14, 2008

Mercy Mercy!

Siempre he querido tener piscina.

Espacio tengo, no para una olímpica pero algo más grande que las que venden en el Carrefurrr.

Me veo bañándome en mi piscina sin que la gente vaya comentando:

1) Joer, qué buena que está. (Ellos)
2) Joer, qué zorra que es. (Ellas)
3) Joer, qué pelos (Yo)
4) Joer, que me ahogo.

Como tengo otras prioridades en la vida sencilla que llevo (o sea, pagar la hipoteca y llenar mi coche de gasolina) lo de la piscina ha sido siempre algo secundario.

Pero no. Yo, sin depilarme ni esforzarme y mucho menos hacer la operación bikini, he tenido una piscina durante un día. Y la verdad es que no lo aconsejo porque es un rollo.

Primero, que si el agua sale sucia y con bichos.
Segundo, que acabas con unas agujetas que te mueres
Tercero, ni te pones morena
Cuarto, al día siguiente te quedas solamente con el recuerdo

El otro día estuve 4 horas vaciando la piscina que se hizo gratuitamente en mi cocina. Nunca más voy a hacer el baile de la lluvia. De hecho, creo que me vuelvo a mi país que allí al menos hace sol!!