miércoles, agosto 17, 2005

Bodas de Sangre

Impresionada me quedé. Vale mucho la pena. Os dejo una pequeña muestra de mis sentimientos entre viaje y viaje.

¡Qué vidrios se me clavan en la lengua! Porque yo quise olvidar y puse un muro de piedra entre tu casa y la mía. verdad. ¿No lo recuerdas? Y cuando te vi de lejos me eché en los ojos arena. Pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta. Con alfileres de plata mi sangre se puso negra, y el sueño me fue llenando las carnes de mala hierba. Que yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra y de ese olor que te sale de los pechos y las trenzas.



Ver este cortijo. Imaginar la obra. El caballo. ¡Qué caballo! Quitarte las malditas moscas de tu frente. Perderte. Lo recomiendo a cualquiera.

Me vuelvo a ir. Adios amigos.

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